La continuidad o no del entrenador del Cacereño, Ismael Díaz , se pudo debatir anoche en el despacho del presidente, Félix Campo , tras la nueva derrota verde, que le deja aún más en puestos de descenso. Después del mazazo, en los alrededores del Príncipe Felipe hubo movimiento, con jóvenes peñistas pidiendo el cese y distintos directivos entrando y saliendo del club. En el ambiente, está claro: la afición había sentenciado al técnico asturiano, pero la decisión final sólo dependía del presidente, único --y decisivo-- defensor del técnico. A la vista del plebiscito, el cese estaría claro, y a lo mejor así se produjo sin que nadie lo supiera. Pero, ¿quién está en la mente de Campo ? ¿Quién es el dueño de la sociedad? El, que es el que arriesga su dinero, que no se olvide. El divorcio entre técnico y afición es palpable.

Y hablando de divorcio, la pareja más popular se separa hoy. Se trata de la Guardia Civil de Tráfico, cuyos agentes empezarán a patrullar en coche en solitario por las carreteras extremeñas. La medida no convence a los agentes, aunque a los vehículos se les haya dotado de las últimas tecnologías en materia de seguridad. Aquí no vale el refrán de "es mejor ir solo que mal acompañado" .