La campaña que ha puesto en marcha el Cacereño para conseguir que al menos 3.000 personas acudan a los cuatro últimos partidos del equipo es digna de elogio. Precios populares (7 y 12 euros), sorteos para los socios e ilusión en conseguir el objetivo de estar en la fase de ascenso a Segunda División bien valen el esfuerzo. Y por ello no quedará. El deporte necesita de iniciativas como ésta, muy plena de garra.