XDxentro de unos días se cumplirán dos meses del fallecimiento de nuestro compañero Carlos Guardiola , a lo largo de todo este tiempo hemos vivido intensamente su muerte inesperada y las sinceras manifestaciones de dolor que siguieron en todos los ámbitos en que desarrolló su infatigable actividad como maestro y ciudadano comprometido con su ciudad y sus gentes.

Hemos tenido ocasión de leer en estas mismas páginas numerosos escritos de reconocimiento o de sus muchas cualidades humanas. Yo quiero hablar aquí de su actividad como maestro, profesión de la que se sentía orgulloso y a la que dedicó los mayores esfuerzos.

En el colegio público Los Arcos de Malpartida Carlos ha ejercido pocos años, pero han sido suficientes para que los que le hemos tenido como compañero hayamos apreciado su entrega sin condiciones ni reservas, con una premisa fundamental en su diaria labor, en la escuela, el más importante es el alumno, y el alumno más necesitado es aquel a quien hay que dedicar más tiempo. Imbuido de sus ideas de igualdad social y con un estricto sentido del deber, Carlos utilizaba todos sus recursos personales, su amplia cultura, su fina ironía y su inquebrantable buen humor para ganarse a sus alumnos, poniendo en práctica en el quehacer diario un principio de honda raíz pedagógica, enseñar deleitando.

El resultado ha sido el enorme cariño que se ha ganado entre los que tuvieron la suerte de tenerlo como amigo y el reconocimiento de toda la comunidad educativa, para quien no ha pasado desapercibida la valía de un maestro excepcional, porque Carlos no se limitaba a su trabajo en las aulas, sino que se involucró en multitud de proyectos colectivos en los que sus conocimientos y habilidades en las nuevas tecnologías se hicieron imprescindibles.

En efecto, participó activamente en Cicconia, Cicconia, proyecto multimedia sobre esta emblemática ave malpartideña, que recientemente ha sido presentado en el congreso de pueblos europeos de la cigüeña; formaba parte del grupo de trabajo La granja y el huerto escolar ; animaba la publicación de nuestra revista escolar Arcos y, sobre todo, dirigía un grupo de teatro infantil que representó en nuestra casa de cultura la obrita Ojos de botella de anís, una verdadera delicia que hizo la felicidad de todos sus alumnos y alumnas, pues todos intervinieron en ella, y a los que Carlos dirigió descubriendo en ellos insospechadas dotes de pequeños actores.

Para este curso ya estaba metido en otros proyectos que se han visto truncados de modo inexorable.

Sólo he hecho un breve apunte de todo lo que Carlos ha aportado a la pequeña pero entrañable historia de nuestro colegio en estos pocos años. Deseo dejar constancia de nuestro dolor por su pérdida y, expresar nuestro orgullo por compartir con él una profesión a la que honraba. Quiero terminar con unas líneas que él mismo escribió para celebrar el Día del Maestro de 2002. "LLegas a tu clase, abres la puerta y comienzas a construir un nuevo mundo con los chavales, y te reafirmas en que ser maestro es maravilloso y que merece la pena el esfuerzo de trabajar para que esos chavales, que la sociedad nos encomienda para participar en su formación, sepan poner en valor los valores que realmente valen y no están sujetos a ningún índice ni cotización que los mercantilice, y notas que un día en la escuela no es un día cualquiera".

*Director del CP Los Arcos de

Malpartida de Cáceres