El pasado lunes, día 1 de junio, mi madre tuvo que ser asistida por un problema de corazón por el servicio del 112 en su domicilio y trasladada por el mismo al hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, todo perfecto por la atención recibida. El problema viene cuando la trasladan a las dos de la mañana a la planta tercera del mismo, cuando es ingresada en una habitación de dos camas ya ocupadas y cruzan otra que en este caso es la de mi madre, todo aceptado con resignación como nos caracteriza a los extremeños, pero lo que no es de recibo y por supuesto considero que no se debe de aguantar de ninguna manera es el trato que recibimos por parte del personal que estaba trabajando esa noche en esta planta, donde a mí como acompañante de una paciente y que estaba desde las once de la mañana con mi madre en un box de urgencia, fui tratada como un perro de la calle. Lo primero que me dicen que no tienen sillones para mí que los sillones son para los pacientes y que me sentara en una silla, todo esto de una manera muy desagradable y que ahí tenía la cuña, que cuando a mi madre le hiciera falta se la pusiera, yo creo que les molestó que a mi madre la ingresaran a esas horas. Había dos policías custodiando a un preso y estaban sentados cada uno en un butacón, seguramente uno era el que le correspondía a mi madre. Por la mañana me dicen que me dan una palangana para lavar yo a mi madre, ahí ya vi la desidia que tienen en la sanidad pública.

En fin, señor Vara, un mal ejemplo de nuestra sanidad, seguramente para usted o para alguno de sus familiares sí hubiese habido un sillón y no precisamente para el paciente. A mí lo que realmente me importa es que mi madre se recupere, a pesar de estar sentada en una silla.

Antonia Polo Barroso **

Cáceres