Aunque a trancas y barrancas, el Cáceres Destino Turístico ha hecho un meritorio papel en el aspecto deportivo, pero en el económico ha sido un desastre. Con más corazón que cabeza, los meses han ido pasando sin que se vislumbre un futuro cierto, ya que hasta la última subvención que debía recibir ha sido embargada por el juez. Y nadie da el paso al frente para hacerse cargo del club. A perro flaco...