Desprestigio y ruina. A esta situación se ha visto abocada la Radio Televisión Valenciana (RTVV), inaugurada en 1989 con la intención de hacer "promoción y protección de la lengua propia de la Comunidad Valenciana". Los deseos de Zaplana de privatizar Canal 9 poco antes de arrebatarle la Generalitat al PSOE en 1995 se han cumplido de la peor manera posible. La fagocitación de la televisión pública por parte del PP se ha desarrollado durante los mandatos de este partido a base de inflar la plantilla --contratar a periodistas afines-- y disparar una deuda ya del todo insostenible. La utilización del ente como herramienta partidista no solo se ha evidenciado con el trasvase de cargos del Gobierno hacia la televisión y viceversa sino en la forma grosera de silenciar informaciones de tal tamaño como las que tuvieron que ver con el proceso contra Francisco Camps . La solución al desaguisado de tantos años llegó con la decisión de privatizar la programación y poner en la calle a más de un millar de profesionales por la vía de un ERE. La justicia declara ahora nulo el despido de más de un millar de trabajadores, un varapalo para el mismo presidente de la Generalitat, Alberto Fabra , y su segundo, José Ciscar , responsable del fallido proceso. En respuesta, Fabra decide cerrar la RTVV. Deficitaria e insostenible en estos momentos, todavía se está a tiempo de mantener un medio de comunicación público digno, que cumpla con su papel social y de representación de toda la ciudadanía valenciana.