Casar vida y obra no es fácil. Pero de Manolo García (Poblenou, 1955) se puede decir que es un ejemplo de coherencia. Hay una relación entre su forma de pensar y sus actuaciones. De Los Rápidos y Los Burros pasó a El último de la fila, con el que logró el éxito, aunque no le hizo tambalear. En 1998 se separó de Quimi Portet y emprendió una carrera en solitario que ha producido cuatro discos. Tampoco entonces pareció cambiar. Y así hasta no hace mucho una familiar suya atendía por teléfono y enseguida te pasaba con él si pedías una entrevista. Ecologista, comprometido (ayer se opuso en Mérida a la instalación de una refinería en Extremadura), sus canciones llevan el sello de una vida alternativa, natural, como apunta en su disco, Saldremos a la lluvia , que hoy canta en Mérida.