Los manteros son personas explotadas por las mafias. Son el último eslabón de un comercio clandestino consentido y amparado por los gobiernos que no hacen nada para impedir el comercio ilegal de productos de importación, que consienten la importación sin controles de mercancías de origen asiático.

Todos sabemos dónde se encuentran los productos en los polígonos industriales de las grandes ciudades, que venden sus mercancías sin ningún control de IVA e impuestos legales.

El comercio legal paga los impuestos legalmente y los mafiosos no lo hacen. No se controlan los contenedores e introducen su mercancía impunemente con la complacencia y la ilegalidad consentidas. Las consecuencias son la destrucción de la industria nacional y un mercado de productos de calidad mínima a un precio sin competencia.

El problema no son los manteros; son los mafiosos e importadores de productos a bajo costo producidos bajo la explotación de trabajadores, que viven en la miseria amparados por los políticos explotadores.