Escritor

Veo por televisión en Antena 3 un desayuno de mujeres con el diputado Manuel Marín, que hace un despliegue de conocimientos de la situación actual del mundo, demonio y carne, fuera de lo común. Después de oír a Marín, oye uno a Aznar, o a la ministra de Asuntos Exteriores, y se le cae el alma a los pies. Marín, cuando habla, y desde que uno le sigue la pista como comisario español en la UE, lo hace con un despliegue ético, estético y economicista, que te deja con la boca abierta. Su intervención me ha dejado preocupado, porque Marín nos viene a decir que desde el 11-S, la herida abierta que tiene EEUU por la humillación sufrida, se sabe cómo ha empezado, pero no se sabe cómo y dónde puede terminar.

El paso actual contra Irak, es el segundo que se está dando, pues como saben, el primero fue Afganistán y la búsqueda y captura de terroristas, que en España dio lugar al encuentro de unos residuos químicos, que devino en geles anticaspa y Vim con olor a pino. Después se ha insistido y se han encontrado nuevas células, que al ser detenidos se les ve en la cara el horror de la detención, etcétera. Si a esto le sumamos los internos de Guantánamo, que me decía un amigo que le recuerdan su estancia en el seminario de Coria después de la guerra, y todo lo que está por venir, demuestra que estamos pasando una fase muy larga de despropósitos que recuerdan los de los españoles en Marruecos con el desastre de Annual, que terminó con el pase del 36 con el glorioso Movimiento Nacional... Es decir, que si no hay una mente lúcida que pare este desastre histórico, se van a crear unos odios en el mundo que será difícil predecir sus consecuencias. Bush y los suyos se creen lo amos del universo, y no reparan en gastos ni en chulerías, pero los demás pobres mortales vamos a estar en plena intemperie, salvo los gregarios que se sumen a la barbaridad, que podrán disfrutar de pequeñas canongías como poder fumarte un puro con los pies en la mesa de la casa del anfitrión, pero también durará poco y te utilizarán hasta que se canse. Chirac ha tomado el camino de la dignidad, a pesar de estar proscritas ya las patatas fritas francesas en EEUU. La derecha en Francia siempre fue distinta y Chirac, ha decidido volver a los ancestros.

Marín avisa, y el que avisa no es traidor.