Hace tiempo que el deporte extremeño se rebeló contra ese rol de cenicienta que parecía deparar el destino a nuestra región también en ese aspecto. Tras una década absolutamente prodigiosa, con diferentes guiños desde la élite (Cáceres, Mérida, Almendralejo...), y coincidiendo precisamente con la época de vacas flacas de los clubes que lo hicieron posible, aparece otro factor decisivo que aporta lustre a nuestra historia. Se trata de los dirigentes que ostentan responsabilidades en cúpulas directivas con repercusión mundial. El último caso es el de Marcelino López Jiménez (Mérida, 2-11-53), que acaba de ser elegido para ocupar la vicepresidencia de la International Life-Saving (ILS) y para representar a Europa en la directiva mundial del Salvamento y Socorrismo. Marcelino López es presidente de la federación española de la especialidad desde el año 2000, miembro de la ILS y del Comité Olímpico Español. Antes fue técnico del mítico Universitario Santa Ana de Almendralejo de balonmano, el entrenador extremeño de natación que llevó a dos nadadoras a un campeonato nacional (Lola Martínez y Susana Librada)... Y sigue haciendo patria, como en aquel Campeonato de Europa del 2001 en Mallorca, donde acabó con la norma de que el vino oficial fuese un rioja y lo cambió por caldos de Almendralejo. Extremadura, afortunadamente, sigue rompiendo moldes.