TCtada día miramos atentamente la televisión y sorprendidos por la fuerza devastadora del maremoto del Océano Indico, los ojos se nos llenan de lágrimas y el alma temblorosa arde en deseos de ayudar a tantos niños huérfanos y ancianos sin hogar.

Los ojos de aquellos niños que un día habían sonreído felices y aleteados como ruiseñores juguetones están hundidos y helados marcados por la tristeza y el dolor. Muchos han quedado huérfanos y expuestos a las mafias dedicadas al tráfico infantil.

Las miradas de niños, ancianos y madres sin hogares, ni comidas parecen decirnos: ¡amigos míos examinad nuestras desventuras y leer en nuestros rostros lo que quisiéramos que conociérais y no podemos, ni sabemos deciros!

Es asombroso el poder de la naturaleza embravecida avasallándolo y destruyendo todo, sin piedad, manifestado no sólo en el golfo de Bengala sino también en tantos lugares de nuestro planeta, como estamos viendo en el final del año que termina y en los primeros días del año recién estrenado.

Quedo admirado ante el valor de tantos pequeños héroes que se hicieron fuerte ante las fuerzas del mar, resistiendo asidos a una tabla, sin comer, dormir, ni beber varios días con sus noches. Muchas odiseas vividas por niños en estos días, ejemplos de resistencia, coraje, se quedarán sin escribir como la de aquellos generosos que expusieron su vida al peligro para salvar vidas humanas.

El heroísmo, la mafia, se mezclan en la tragedia con el olvido de los ancianos, que quedaron cojos o ciegos y sin hogar y serán víctimas olvidadas y un deshecho a tirar.

Si pudiéramos mantener nuestros corazones doloridos y maravillados ante los milagros de las vidas sumergidas en tantas tragedias, sabríamos los secretos de las noches y los días de tantos hombres y mujeres, madres y padres, ancianos, jóvenes y niños golpeados por las olas de cada día.

Sólo el amor sin máscara, manifestado en generosidad, nos puede convertir en manantiales y fuentes de risa y en ríos de alegría más fuerte que el dolor para la humanidad que sufre...

*Licenciado en Filosofía