Como se sabe, la presidenta de la Junta de Andalucía se casó con un tieso. Con lo cual no ha querido decir (porque es ella la que lo ha dicho, claro: "Me casé con un tieso") que se casara con un estirado, que es lo primero que se piensa. Tieso, para la presidenta de Andalucía, como también para la RAE, tiene asimismo el significado de pobre, o de estar en la ruina: así, el que no tiene dinero es un tieso, o se dice que está tieso. Y la presidenta de Andalucía, preguntada por su marido, o más bien por el trabajo de su marido en los cursos de formación de la UGT que están siendo investigados por presunto fraude, ha contestado que ella se casó con un tieso. Y así se ha quedado la comisión parlamentaria: tiesa.

La razón de este pasmo es que la presidenta de Andalucía consideraría que la condición de tieso lo justifica todo: tener trabajo y ser honrado. Pero hay demasiados tiesos sin trabajo, motivo por el que están tiesos, precisamente. Y, del mismo modo que ser un tieso no es garantía de honradez, hay tiesos que no dejan de ser honrados por estar tiesos, o pese a estar tiesos. Ahora bien, el que la presidenta de Andalucía haya equiparado la condición de tieso con la condición de honrado (el que es tieso es honrado, y yo me casé con un tieso) constituye un ejercicio de retórica que suele calar con facilidad y ampliamente, aun a riesgo de ser interpretado --también con facilidad y ampliamente-- en el sentido de que al tieso le es lícito incluso el delito, solo por serlo. Menos calado tiene la afirmación de que el pecado de su marido es haberse casado con la presidenta de Andalucía, cuando el pecado sería que la presidenta de Andalucía, bastantes años después de casarse, se convirtiera en presidenta de Andalucía.

En fin, lo peor será que el marido se convierta ahora en el tieso por antonomasia, precisamente por ser el marido de la presidenta, es decir, no cualquier tieso. Conociendo la guasa de los andaluces ("Mira, pisha, por ahí va el tieso"), ni siquiera le servirá comportarse como un verdadero tieso, en el sentido de estirado, para corregir al tieso que hoy es marido de la presidenta.