Este año se han cumplido ya siete años desde la firma, por parte de 189 jefes de Estado, de los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En ellos los líderes mundiales se comprometían a llevar a cabo estos ocho objetivos como punto de partida para erradicar la pobreza extrema, promover la dignidad humana y la igualdad, y alcanzar la paz, la democracia y la sostenibilidad ambiental.

A pesar de algunos tímidos avances, estos acuerdos internacionales firmados por los líderes mundiales siguen lejos de cumplirse. Hoy cerca de 1.000 millones de personas están viviendo con menos de 1 dólar al día y la distribución de la riqueza en el mundo continúa siendo desigual. Tanto que, por ejemplo, un etíope medio es 35 veces más pobre que un europeo medio.

Las abrumadoras cifras que acompañan el incumplimiento de los ODM afectan especialmente a los niños y niñas. Por un lado, el agua en mal estado es la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo y, por otro, uno de cada seis niños muere antes de poder cumplir su quinto cumpleaños por enfermedades tan fácilmente evitables como la neumonía, la diarrea o el sarampión.

En el resto de los objetivos, el progreso tampoco ha sido el esperado. En algunos casos, como en la lucha contra el SIDA, la epidemia avanza a un ritmo mucho más rápido que las medidas de prevención que se adoptan. En este sentido, Africa subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos y, de seguir este ritmo, en 2025 las personas afectadas en la región podrían llegar a ser 90 millones.

XLAS CIFRASx, una vez más, demuestran que es necesario un mayor compromiso de los partidos políticos y de los gobernantes con la lucha internacional contra la pobreza. Es preciso profundizar y dar coherencia a las políticas de cooperación internacional y a las políticas sociales, comerciales, de inmigración, con el fin de alejarlas de los intereses estratégicos que las devalúan.

Así mismo es también preciso denunciar las causas y los causantes de la indigna situación que padecen millones de personas en el mundo. Así, las normas del comercio internacional siguen privilegiando los intereses de países ricos e impiden a los pequeños agricultores y a los gobiernos de los países empobrecidos decidir cómo luchar contra la pobreza, proteger el medioambiente y garantizar el derecho a la alimentación.

Y es que si no se refuerzan las acciones de lucha contra la pobreza, en el año 2015 serán 800 millones de personas las que vivan con menos de 1 dólar al día, más del doble de lo previsto por los compromisos internacionales. Sin embargo, el futuro de estos millones de personas, que viven amenazadas por la falta de acción de los gobernantes, no pasa desapercibido para la ciudadanía, tal y como está demostrando con su firme compromiso en todas las movilizaciones convocadas hasta el momento, así como en la solidaridad que demuestra sistemáticamente en momentos de crisis humanitarias.

Esta ciudadanía, unida desde la diversidad de sensibilidades e intereses en el marco de la Alianza Española Contra la Pobreza, es la que un año más saldrá a la calle el 21 de octubre en numerosas ciudades españolas para presionar a la clase política, a los gobiernos e instituciones a que comprometan sus políticas y sus programas electorales con la erradicación de la pobreza.

Somos conscientes del gran poder que tenemos, como ciudadanía comprometida y unida, para presionar a los gobernantes. Por eso, y porque somos la primera generación capaz de erradicar la pobreza, no queremos desaprovechar esta oportunidad. El próximo 21 de octubre saldremos de nuevo a la calle, por tercer año consecutivo, bajo el lema "Rebélate contra la Pobreza. Más hechos y menos palabras". Porque ya es hora de que la lucha contra la pobreza forme parte de la agenda política y de los programas electorales de los partidos políticos.

*Presidente de la Coordinadoraextremaña ST CONGDEX

(Coordinadora ONGD Extremadura)