El control de la pandemia del covid está llevando a los políticos a decretar normas cada vez más restrictivas para intentar doblegar la curva y no tener que recurrir a un nuevo confinamiento. Sin embargo, solo serán efectivas si se cumplen o se hacen cumplir y en este caso, lo que está ocurriendo en muchos municipios es que hay tanta normativa que es imposible que la puedan absorber unas plantillas policiales que están mermadas.

Así, de nada servirá la obligatoriedad de la reducción de aforos, por poner un ejemplo, si la administración o la empresa obligada no la cumple y no hay agentes para controlarla. Al final, es papel mojado o lo de siempre, la responsabilidad de cada uno.

Los policías se quejan de puertas para adentro de la situación, mayor número de tareas con los mismos efectivos, e incluso menos. Porque buena parte de la plantillas de Policía Local tienen vacantes de efectivos desde que, a comienzos del 2019, entró en vigor el adelanto de la jubilación a los 59 años. Como siempre, el objetivo era bueno, rejuvenecer las plantillas, pero, como siempre, se empieza la casa por el tejado.

Así, en ciudades como Plasencia, se produjeron once jubilaciones en un mismo año y, como la normativa establece que no se pueden convocar las vacantes hasta que estas no se producen, obviamente fue imposible cubrir todas las plazas. Aún hoy, cuando está terminando el 2020, hay plazas sin cubrir de la Oferta de Empleo Público del 2019.

La burocracia es lenta, ilógica, los procesos se eternizan y la conclusión es que hay menos policías en la calle. En esto, la Junta de Extremadura acaba de anunciar que convocará anualmente oposiciones a Policía Local, unificadas para todos los municipios de la región quieran participar, para agilizar. Lo que sucede es que puede hacerlo desde que se aprobó la Ley de Coordinación de Policías Locales, a finales del 2018 y no se prevé factible hasta el 2022. De hecho, hizo una consulta a los ayuntamientos para ver quién estaba dispuesto a participar en estas oposiciones y tendrá que repetirla porque muchos alcaldes cambiaron en el 2019. Más tiempo perdido y lo que queda.

En Plasencia faltan policías locales y nacionales. De hecho, ahora el ayuntamiento va a pedir una reclasificación de la jefatura nacional que supondría un aumento de plantilla. Pero mientras tanto, el control policial de las medidas por el covid está más cerca de ser una utopía que una realidad.