Un año después de que Bush lanzase la arenga contra "el eje del mal", sus tropas están preparadas para la batalla. Aunque los inspectores de la ONU no hayan encontrado pruebas de que Sadam tenga armas de destrucción masiva, EEUU considera que Irak no cumple el desarme a que le conmina la resolución 1441 del Consejo de Seguridad, y los servicios secretos norteamericanos aseguran poder demostrar una "violación patente" del mandato de la ONU.

¿Por qué Bush no desencadena hoy las "graves consecuencias" previstas en aquella resolución? Si el tiempo se agota para Sadam, ahora lo necesita Estados Unidos para consultar a sus aliados, desactivar las críticas de la oposición demócrata y convencer a los estadounidenses. Pero aunque la guerra pueda ser un revulsivo para que el país forme detrás del presidente, éste no podrá persuadir fácilmente a algunos de sus socios de Europa, donde la opinión pública está abiertamente en contra. Al conceder un poco más de tiempo a los inspectores, Bush trata de mitigar los daños causados en la OTAN por sus decisiones unilaterales, su retórica simplista y su estrategia de dominio mundial. Lo que no quiere decir que con ello consiga legitimar la guerra.