Ayer, una semana antes de cumplir los 90, Matías Prats Cañete (Villa del Río, Córdoba, 4-12-1913) recibió el Premio Ondas de Oro en el 50º aniversario de la creación de los galardones de la SER. Desde que ingresó en 1939 en Radio Nacional de Málaga, a este veteranísimo maestro ya le ha dado tiempo de hacer méritos (tiene cuatro ondas más).

Si la mayor notoriedad la adquirió retransmitiendo toros y fútbol ("gooooool de Zarra"), destacó en más facetas. Franquista convicto y confeso, Prats fue redactor, locutor y director del NO-DO, el noticiario cinematográfico que cantaba las excelencias de su excelencia. Pudo aspirar a más políticamente, pero no pasó de procurador en Cortes en representación de la familia (en la democracia orgánica no había partidos).

Será difícil encontrar a un comunicador tan atípico como Prats, capaz de mezclar la narración de una faena taurina con la explicación prolija de un DC-9 que en aquel momento sobrevolaba la plaza de toros. Y nadie que no fuera él hubiese sentido tanto orgullo de sus locuciones churriguerescas. Cuando en 1959 informó de la visita de Eisenhower, no reprimió ni un momento su instinto de rapsoda al aterrizar en Madrid el ilustre huésped: "Sobre el alto cielo ha quedado rubricado con una estela de humo el mensaje de paz del que es portador el presidente de Estados Unidos". Genio y figura.