Experto en Psicogeriatría

Históricamente la violencia entre personas se compartimentó por edades y por sexo. En un principio aparecen los malos tratos a los niños, denominado maltrato infantil y a las mujeres o maltrato conyugal. Más recientemente surge el maltrato a los mayores o maltrato a la vejez. Este último tipo de vejación se describe por primera vez en 1975, en publicaciones científicas del Reino Unido y Estados Unidos.

En general, se entiende por malos tratos a cualquier daño que atente contra la integridad física, psíquica, social, económica, etcétera, de una persona. De entre los malos tratos aludidos, en esta ocasión nos llama la atención la vejez maltratada. Hoy asistimos, desgraciadamente, a la cultura de la violencia a nivel familiar, verdadero terrorismo doméstico. Los padres maltratan a sus hijos y éstos a sus padres. Se maltrata a los menores y también a los mayores. Las "canguros" o niñeras maltratan a los bebés que cuidan, a veces despiadadas e inmisericordemente. Los maridos maltratan y, a veces matan, a sus mujeres. Abundan las parejas que se maltratan y matan entre sí. Hay novios que vejan a sus novias y viceversa. Los profesores maltratan a sus alumnos y éstos a sus profesores. La violencia abunda por doquier: los sádicos torturan y matan a sus víctimas; hay violencia en el cine y también en la televisión. En los campos de fútbol se producen, a veces, verdaderos estallidos de furia, con muertes de hinchas incluido. Son demasiado frecuentes las violaciones, agresiones sexuales a niños, hijos, mujeres, etcétera. En fin, asistimos a la jungla de la violencia en forma de malos tratos, en la que agresores y víctimas conviven en medio de un terrorismo plural.

Los malos tratos que reciben los mayores se manifiestan como: Como abuso político y social; es obligación de los gobiernos y de la sociedad proteger a las personas de edad. No hacerlo es una forma de maltrato; En cuanto a abandono, existen familias que abandonan a sus mayores en hospitales, instituciones de caridad, etcétera; La falta de respeto; esta forma constituye una forma dolorosa de maltrato. Algunas faltas de respeto son la forma despectiva que ofrecen algunos jóvenes al tratar despectivamente a los mayores; tratar al anciano como si fuera un crío testarudo; internar en residencias para ancianos a los mayores en contra de su voluntad; el abuso psicológico y verbal.

Las recomendaciones para prevenir los malos tratos son educar a la sociedad para que perciba a los mayores de una forma respetuosa y atenta, a través de la educación y de distintos programas, a nivel de prensa, radio, televisión, etcétera; fomentar la relación y el contacto positivo intergeneracional; crear el Defensor de los Mayores; involucrar a las ONG en la lucha contra los malos tratos que sufren las personas de edad; crear una ONG que se ocupe de la defensa de los mayores; y promover la creación de leyes de protección firmes que mejoren el buen trato que se debe dispensar a los mayores. Conclusión: llegar a ser viejo y vivir con dignidad, libre de cualquier abuso, abandono o violencia es cuanto desean los mayores en general, y a los extremeños en particular, el que suscribe.