WLw os últimos datos sobre la distribución por centros sanitarios y autonomías de las plazas de Médicos Internos Residentes (MIR) invitan a pensar que los médicos no quieren venir a Extremadura. Así parece deducirse del hecho de que solo uno de los facultativos colocados entre los cien con mejores notas haya elegido venir a la región --al Servicio de Neurocirugía del Hospital Infanta Cristina, considerado como uno de los mejores de España--, y de que 9 de las plazas de Medicina Familiar ofertadas hayan quedado sin cubrir porque a ningún médico le interesa. Este hecho, por desgracia, no indica solo que la región es poco atractiva como destino laboral; no es tampoco únicamente el reflejo de un tópico falaz, puesto que en la práctica la sanidad extremeña compite con ventaja con la mayoría del resto de comunidades, sino que supone una debilidad de nuestro sistema sanitario que debe hacer reflexionar a las autoridades sanitarias. Porque en un contexto como el que se vive ahora en nuestro país, en que los médicos pueden elegir al menos dónde no trabajar porque no tienen temor a quedarse sin empleo, el que no elijan esta región o la elijan como plato de segunda mesa condiciona la planificación sanitaria y hasta la calidad de la asistencia. A la región, por tanto, conviene que se incremente la oferta de plazas para Medicina. Como se ve hay razones para que la Uex haga un esfuerzo y dote a la facultad de los medios necesarios para acoger más de los 135 alumnos de primer curso que ahora recibe.