Faltan médicos- Se me revuelven las tripas cada vez que lo escucho, y es mucho ya el tiempo en que la náusea me ronda. Soy médico de familia. Estoy en paro. Sé que no soy la única. Faltan médicos- ¿Dónde estamos esos médicos que para el sistema no existen? Yo estoy ahora mismo delante del ordenador de mi casa. Estoy apuntada a las bolsas de trabajo de 4 áreas de la provincia (¿existen esas bolsas?), en 4 categorías en cada una. Vengo del Servicio de Empleo de mi comunidad. Incluso he ido a hablar con algún director de las residencias que dependen de la Junta y que no se gestionan directamente desde el Servicio de Salud. Pero estoy en mi casa, delante del ordenador, contemplando a lo lejos el despertar de la primavera. Y no puedo por menos que pensar en Los lunes al sol . Y los martes. Y los miércoles. Y los jueves, viernes, sábados y domingos. Y vuelta a empezar con otro lunes.

Llevo toda mi vida estudiando, formándome y preparándome, intentando mantener unos ideales por los que un día decidí estudiar Medicina y ser médico de familia. Pero no es suficiente. Porque faltan médicos. ¿Dónde estoy que parece ser que no existo? ¿Dónde falto? En mi casa no. ¿Quién se ha inventado esa terrible y tan extendida frase de que faltan médicos? ¿Quién es responsable de que mi abuelo se resigne y aguante situaciones límite cuando va a su centro de salud en el pueblo porque faltan médicos? ¿A quién se le va a caer la cara de vergüenza cuando se descubra que lo que falta es planificación y lo que sobra es demagogia? Y lo que más me importa: ¿podré yo que falto remover alguna conciencia para que no se nos tome más el pelo?, ¿será escuchada esta voz que supuestamente no existe? Aunque me duela reconocerlo, y me duele mucho, hace tiempo que dejé de creer que podía cambiar el mundo. Pero faltan médicos, y nadie puede ayudarme con mi dolor.

Y desde luego, hay que contextualizar el problema. Estamos es crisis. Todos. Obreros de fábricas, peones de la construcción, vendedores de coches... pero también parece que la administración pública y por ende los contratados por ella. O sea, los médicos. Que nadie se llame a engaño. Estamos todos en el mismo barco.

Laura Jiménez de Gracia **

Plasencia