Las medidas cautelares decretadas contra Luis Bárcenas ayer por el juez instructor del caso Gürtel, Pablo Ruz --la prohibición de salir de España y la comparecencia ante los juzgados cada 15 días-- eran necesarias desde el punto de vista judicial y, sin ser su justificación, aportan una dosis de tranquilidad a la ciudadanía ante el desenlace de la situación. Imputado desde el 2009 en el caso Gürtel, el exsenador había logrado hasta ahora sortear sus comparencencias ante diversos tribunales hasta que la Audiencia Nacional, en marzo del 2012, lo volvió a imputar. El descubrimiento de una fortuna no declarada en Suiza empeoró más su situación judicial. Pero sus explicaciones de ayer ante Ruz sobre la legalidad de este patrimonio (hasta 38 millones) y la desvinculación de este de las arcas del PP no diluyeron los indicios de la presunta comisión de delitos contra Hacienda, cohecho y blanqueo.