El paro afecta ya a más del 55% de los españoles menores de 25 años, según los datos de la encuesta de población activa (EPA) del último trimestre del 2012. La divulgación de esa cifra hizo que el jueves pasado la canciller alemana, Angela Merkel , llamara la atención públicamente desde Davos sobre la tragedia que afecta a la juventud española y las consecuencias que ello podría tener incluso desde el punto de vista de la estabilidad política del país. Por eso urgió la adopción de medidas, aunque fueran temporales.

El sábado, Alfredo Pérez Rubalcaba anunció una propuesta para un acuerdo político, que debería incluir a sindicatos y organizaciones empresariales, con el objetivo de implementar 16 medidas en la lucha contra el desempleo, especialmente centradas en los jóvenes (el líder de los socialistas extremeños, Fernández Vara , planteó ayer la misma propuesta en esta comunidad). Y ayer, el Gobierno, primero a través de filtraciones periodísticas y luego de forma directa, presentó algunos de los cambios que quiere aplicar para fomentar la creación de puestos de trabajo entre la población más joven.

Cuando Fátima Báñez , la ministra de Empleo, daba a conocer sus iniciativas, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn , y el presidente del Europarlamento, Martin Schulz , así como otros personajes de la escena política europea, ya habían tenido ocasión de mostrar su preocupación por la situación laboral española. Y, además, lo habían hecho en Madrid, donde asistían a la conmemoración del 40º aniversario de la Confederación Europea de Sindicatos (CES). La sensación de ir a remolque de los acontecimientos --también en este ámbito-- es más que evidente. Mientras toda Europa se lleva las manos a la cabeza al ver los efectos de la recesión en España, nuestro Gobierno reacciona con una parsimonia impropia. Más estimulado --aparentemente-- por la necesidad de responder a la primera iniciativa digna de tal nombre que presenta el PSOE en los últimos meses que por la urgencia que exige la situación.

En cualquier caso, bienvenidas sean las medidas. Lo deseable ahora es que sean implementadas con celeridad, con el máximo consenso posible y que, como dijo ayer Martin Schultz, no se queden únicamente en la bonificación de cotizaciones sociales de los nuevos emprendedores, sino que incluyan un compromiso para la creación de empleo.