Secretario general de

CONCAPA-Extremadura

Adrián Vivas, presidente autonómico de CSI-FSIF, en su artículo titulado "¿Medios públicos, eficacia privada?", hace unas afirmaciones que, a nuestro juicio, pueden crear confusión. Con la afirmación de que "la red pública es la única que garantiza el derecho de los ciudadanos a la educación en condiciones de igualdad y democracia" pretende eliminar la posibilidad de pluralidad en cuestión tan trascendental para madres y padres como es la elección de centro educativo para nuestros hijos. O sea, que no valdría para nada el diseño, aceptado plenamente por la sociedad española, de la red de centros de enseñanza sostenidos con fondos públicos, en la que deben estar integrados en igualdad de condiciones los públicos y los concertados, para que ese derecho se pudiera ejercer libremente, sin coacción.

Por otra parte, nos parece poco seria la afirmación de que los centros concertados "no se instalan en ámbitos rurales ni en barrios marginales". Permítanos darle unas muestras: en el Cerro de Reyes, de Badajoz, el colegio Jesús Obrero. O el Madre Sacramento en la plaza Alta. ¿Zonas rurales? Usted debe saberlo: Montemolín, Guareña, Talarrubias, Arroyo de la Luz, Navalmoral de la Mata, Fuente de Cantos. Lo mismo ha sucedido con varios centros rurales de infantil. Hoy día, hay colegios de infantil que luchan contra viento y marea por conseguir que la Consejería de Educación le conceda las ayudas (legales por otra parte) para que sean gratuitos, como los públicos. Hay oferta de estos últimos, pero mucha gente prefiere aquéllos. ¿Por qué será? ¿Tal vez por el color de las paredes? ¿O por el empedrado de la calle? ¿No puede admitir, amigo Vivas, que un sector numeroso de la población elija un centro concertado? Y esa elección, ¿no es un derecho amparado por la Constitución? Le ruego que lea detenidamente su artículo 27. Y el 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de Europa: "La sociedad europea reconoce a los padres el derecho de elegir para sus hijos una educación acorde con sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas".

La sociedad sabe elegir. La iniciativa privada en la enseñanza, como en los demás sectores, es competitiva y proporciona calidad, lo que no implica que los servicios públicos hayan de carecer precisamente de ella. Esto es un reto para todos. Si debemos despertar a la consejería no es para que cierre centros concertados, sino para que haga frente al reto de la calidad en la enseñanza, proporcionando por igual unos recursos presupuestarios que, por desgracia para la concertada, no están siendo justamente distribuidos.

Mire usted, Adrián, si desde el puesto que ocupa en el mundo sindical, no se debería poner más interés en fomentar una enseñanza de calidad y revisar los parámetros para su percepción en todos los centros sostenidos con fondos públicos. Creemos que valdría la pena reflexionar sobre las causas que impulsan el tirón por los centros concertados aun cuando reciben menos recursos de la administración que el público que está al lado. Por cierto, la saturación invocada por usted en los concertados se soluciona autorizando nuevas unidades.