José Manuel Calderón encadenó 87 tiros libres anotados de forma consecutiva durante sus dos últimas temporadas en la NBA, el segundo mejor registro en la historia de la liga de baloncesto más importante del mundo. Pero con el paso de los años es muy posible que Extremadura recuerde con más intensidad otras canastas del base de Villanueva de la Serena. Las que durante los tres últimos años están enchufando centenares de chavales extremeños en las canchas de la Universidad Laboral de Cáceres, gracias al campus que dirige el villanovense de los Toronto Raptors. Criarse baloncestísticamente en brazos de Calderón debe imprimir carácter. Porque el insigne deportista extremeño representa el triunfo del esfuerzo desde la base. La demostración de que el ser humano puede alcanzar las metas más altas con su trabajo diario y sin pisar a nadie. Al margen de los conocimientos tácticos y técnicos, si estos valores mayores consiguen calar en los chicos del Campus Calderón, estaremos asistiendo al nacimiento de una nutrida generación de baloncestistas de élite con el sello de Extremadura.