El Ministerio de Agricultura está preparando una nueva norma de calidad para clarificar el origen de la carne de cerdo ibérico y evitar en lo posible la confusión de muchos consumidores, que no pueden distinguir cuándo un producto derivado del ibérico de bellota efectivamente lo es y cuándo otros productos, con ser de cerdos ibéricos y de gran calidad, no pueden reclamar el marchamo de excelencia gastronómica que tienen los productos derivados del cerdo criado en dehesa y alimentado de bellota.

La norma está todavía en elaboración y puede cambiar en algunos aspectos, algunos de los cuales son controvertidos y desde el sector se ven desde diferentes puntos de vista. Particularmente polémico es la supresión de los análisis de ácidos grasos como forma de identificar el origen de la alimentación de los animales ibéricos, sustituyéndola por los dictámenes de organizaciones certificadoras, que de momento son escasas y podrían no dar abasto para hacer su trabajo con eficacia.

Pero con independencia de estos flecos, que seguirán siendo motivo de discusión, la norma de Agricultura está guiada por una filosofía que es importante y positiva para Extremadura, puesto que liga al ecosistema dehesa la producción de productos ibéricos de bellota o ibérico de recebo. A partir de su entrada en vigor, habrá zonas de España que tendrán que hacer ver a los consumidores que sus productos, sin duda de calidad, no son, sin embargo, ibéricos de bellota. Sólo Extremadura, Andalucía y las dos Castillas podrán reclamarse como la cuna del mejor ibérico. Y eso dará a los productos de la región la vitola que se merecen y los posicionará mejor en el mercado.