En Extremadura está claro: quien menos pierda, gana. O lo que es lo mismo: quien más consiga aguantar sus votos, mejor posición tendrá cara a una negociación de gobierno. Evidentemente solo están en liza Vara y Monago, PSOE y PP, quienes vuelven a ser los actores principales de la película electoral que se estrena en mayo. Sacar más apoyos que los logrados en 2015 es harto complicado, por no decir imposible. Así pues, el secreto es resistir. Podemos y Ciudadanos (y Vox, si llega) son actores secundarios a derecha e izquierda con los que habrá que negociar después de las urnas pero nada más. Las mayorías absolutas de antaño pasaron a la historia y las opciones que se abren son solo tres: una alianza de PSOE más Podemos si resisten ambos sus escaños actuales, un pacto de PSOE más Ciudadanos si suman una amplia mayoría o un acuerdo a la andaluza de PP más Ciudadanos más Vox dado que PP y Vox por sí solos sería imposible al restarse el uno al otro sus respectivos apoyos.

Podemos está en franca caída y la crisis abierta ahora por las salidas de Errejón primero y de Espinar después no dejan de ser torpedos en su línea de flotación. Los morados, al igual que Ciudadanos, viven de la imagen de marca que les llega desde Madrid y el deterioro que vive la organización a nivel estatal les perjudica sobremanera en sus expectativas autonómicas. Aún así, su suelo aún está lejos y ahora mismo cuentan con 6 escaños en Extremadura, con lo que su caída puede que no llegue a ser escandalosa.

No le pasa lo mismo a Ciudadanos. Su indefinición empieza a cansar, pero su empuje nacional sigue tirando todavía del voto autonómico. Ahora mismo cuentan con 1 único escaño en Extremadura y siguen sin candidato, pero todas las voces y los partidos le conceden una generosa representación en la Asamblea regional. Alguna encuesta interna les otorga hasta 6 o 7 diputados.

¿Y VOX? El partido de ultraderecha resulta una incógnita hoy por hoy. No tiene apenas representación en Extremadura, la voz la pone un diputado que se ha ido del PP, Juan Antonio Morales, pero todo el mundo habla de este partido y algún que otro alcalde popular hace cuentas con ellos como si se tratara de una escisión o apéndice que viniera a complementar su cuenta de resultados. ¿Sin estructura, sin apenas presentación en candidaturas municipales, Vox va a ser capaz de alcanzar más de 5% de los votos tanto en Cáceres como en Badajoz como para entrar en el Parlamento autonómico? Es complicado pero no imposible si se ven los actos que desarrolla este partido en distintas localidades y la concurrencia de público que logra acaparar.

Vara pretende aguantar su resultado de 2015 donde obtuvo el 41,5% de los votos. Con sus 30 diputados le bastaría para pactar a la izquierda con Podemos o a la derecha con Ciudadanos y alcanzar los 33 escaños que suponen la mayoría absoluta. Monago, con el 37% de los votos en 2015 y sus 27 escaños, no podría coger de la mano a Podemos, y requeriría o bien de Ciudadanos o bien de Ciudadanos más Vox para alcanzar la mayoría absoluta. Es decir, que aún perdiendo las elecciones y sacando peor resultado que en 2015, podría alcanzar la Presidencia de la Junta emulando a su compañero Juan Manuel Moreno Bonilla, quien habrá que señalar que perdió 300.000 votos y sacó el peor resultado de la historia del PP andaluz, pero se ha convertido en el nuevo inquilino del Palacio de San Telmo.

Queda nada y menos para las urnas. Se acaba enero, encarrilamos febrero y en tres meses estaremos votando. Vara dice que sigue dedicado a la gestión (para nerviosismo de su partido) y que entrará en campaña «cuando toque». Pero Monago, por el contrario, no hace otra cosa desde navidades para acá. Un día sí y otro también anda recorriendo pueblos y pidiendo el cambio amparándose en todos los descosidos de la administración socialista. Él busca una tercera oportunidad después de que la segunda le fuera negada y quiere la carambola andaluza, que los astros se confabulen para que la gestión de Pedro Sánchez le haga un descosido importante al PSOE extremeño y la suma de todo el bloque de derechas logre desbancarlo. Luego dios dirá, dado que está tan abierta la partida que puede ocurrir cualquier cosa, incluso por rocambolesca que parezca. Para prueba el botón de 2011, que el gobierno del PP de Extremadura fue posible porque ganó las elecciones, pero fundamentalmente porque Izquierda Unida, un partido muy de izquierdas, se abstuvo. Ahí queda eso.