WLw a comparecencia el pasado jueves del director general de Ordenación Industrial en la Asamblea sirvió para que la Junta informara a los ciudadanos de cuáles son sus planes sobre los proyectos de centrales térmicas de ciclo combinado que tiene sobre la mesa: de los cuatro proyectos que están en trámite --todos en las cercanías de Mérida para aprovechar tanto el gasoducto como el agua del pantano de Alange--, la Junta solo aprobará uno, reservándose la posibilidad de otorgar otra licencia para otra planta térmica con una ubicación alejada de la que se apruebe junto a la capital autonómica.

La posición del Ejecutivo autónomo tiene sentido: no era posible ubicar en un radio de acción de unos pocos kilómetros cuatro centrales, y todas tomando agua de la misma fuente. Si se hubiera aprobado las centrales habrían obligado a modificar el estatus actual del pantano de Alange. Por otro lado, las centrales térmicas también contaminan, y aunque las de ciclo combinado cuya fuente energética es el gas natural, como es el caso de todos los proyectos presentados, son sensiblemente menos contaminantes que las clásicas alimentadas por fuel, la concurrencia de más de una planta en esa zona era ambientalmente difícil de sostener. Sin olvidar el hecho de que Extremadura, sobre todo después de la más que previsible renovación de la licencia para la Central Nuclear de Almaraz, tiene de sobra cubierta su cuota de asentamiento de plantas energéticas. Por último, también tiene sentido -tanto que en caso contrario sería una incongruencia flagrante-que a las centrales que se ubiquen en la región se les exija que su sede fiscal esté en la región. En este aspecto, la coincidencia de los dos partidos en esa posición, la fortalece.