Hace unos años, en los setenta del siglo pasado, Michael Herr , un correoso periodista norteamericano escribió una crónica descarnada sobre la marcha de la guerra de Vietnam. Allí estaba todo: el heroísmo y el horror; la mentira y el valor; la geoestrategia, el "napalm" y el cuenco de arroz; la selva y las trampas de bambú de puntas afiladas; el rock and roll y el "crak"; los boinas verdes y "charlie", que es como los americanos llamaban a los soldados de Vietnam del Norte que les acabaron expulsando de un país que no era el suyo.

Una guerra sucia como tantas otras en las que la primera víctima fue la verdad, como se encargaron de precisar los llamados ´Papeles del Pentágono´. Una filtración que sacó a la superficie todas las patrañas de los políticos de la época. Ni siquiera Richard Nixon , villano de guardia para todo, fue el principal mentiroso. Westmoreland , el general en jefe sobre el terreno le disputaba tan dudoso honor en aquellas ruedas de prensa de Saigon de cuando éramos periodistas y no nos dejábamos amedrentar por los jefes de prensa o los currinches de las oficinas de los políticos. Con toda aquella mezcla de sangre, horror, barbarie, locura y valor, Herr compuso un libro, Despachos de guerra´, que le valió un ´Pulitzer´ y del que se sirvieron Coppola y Oliver Stone para hilvanar el guión de ´Apocalipsis Now´, la película que viajó al corazón de las tinieblas del horror de la guerra.

Ahora, cuarenta años después, la historia se repite. Los ´papeles de Afganistán´ -90.000 documentos secretos del Pentágono filtrados por la web Wikileaks-, destapan las grandes mentiras de la guerra en aquel país asiático en el que también combaten soldados españoles. Los papeles describen el doble juego de los servicios secretos de Pakistán y las ocultaciones y crímenes de guerra de las tropas especiales norteamericanas que combaten sobre el terreno a los talibanes. Terror y contraterrorismo se dan la mano en una especie de guerra secreta dentro de la propia guerra en la que, también en esta ocasión, la primera víctima ha sido la verdad. La historia se repite, pero no como apuntaba Marx en el ´18 Brumario´ -primero tragedia, después, farsa-. Aquí todo es tragedia. Como lo son todas las guerras. A ver si se entera Zapatero y manda volver a casa a nuestros soldados, porque no merece la pena arriesgar la vida por una causa en la que -vistos los ´papeles de Afganistán´- todo es mentira.