El anillo es parábola de unión, motivo de adorno, o grillete de tortura; pero, sobre todo, es signo de amor entre dos personas unidas en ritual ceremonia. Aunque este redondel de metal, convertido en símbolo de todos los pueblos, fue utilizado, especialmente, en un rito de unión entre griegos, romanos y judíos, y, posteriormente, en liturgia eclesial para unir a los futuros esposos, sellando la mutua entrega. Anillo que fue clímax bíblico en las bodas de Caná, y luego, solemne ritual, con el "¡si quiero!",pronunciado en todas las lenguas del mundo, en las bodas de grandes catedrales y abadías, y en la más humilde iglesia. Y es signo papal el anillo del pescador y episcopal diocesano, que besan los cristianos como señal de primacía entre sus fieles. Hasta la devoción a la Virgen hizo que los dedos de sus imágenes se llenaran de preciosos anillos, que el pueblo le ofrendó con devoción...

El anillo o alianza nupcial, más que simple joya, es prueba de compromiso y dedicación al otro, que se pone en el dedo anular de la mano izquierda, pues, según los romanos, la vena del amor pasaba por ese dedo que conducía al corazón. Si hermosa es la leyenda, mayor es la fantasía. Anillos que llevan fechas y palabras de amor, ya sean de oro o platino, o recamados de rubíes y zafiros, aunque, habitualmente, lisos para llevarlos cualquier plebeyo y todo hijo de vecino. Sin olvidar la sortija grabada con las iniciales de la persona, o el escudo del prócer apellido, que adorna los dedos del orondo banquero, o los que exhiben el escribiente en su trabajo o esos novios del famoseo en las revistas del colorín. Artilugios, al fin, que atraerán toda la atención de los invitados, tras contemplar el rutilante el vestido de la novia, de cuyo amor con su pareja, nacerán los hijos a los que hay que darles una esmerada educación para estos años de furiosa crisis.

Pero la alegoría alarga sus metáforas hasta el anillo donde el torero borda faenas de gloria, a veces teñidas de sangre, a la vez que subyacen, en su vasta semántica, las innumeras alianzas políticas que, en anillos de intereses, articulan instituciones y colectivos, con sus grupos laborales, deportivos y culturales. Hasta el cine tuvo la feliz ocurrencia de dar a una famosa película, de mítica carga histórica, el pomposo título de "El Señor de los Anillos".