Alcalde de Nueva York desde el 31 de diciembre del 2001, Michael Bloomberg (Boston, Massachusetts, Estados Unidos, 14-2-1942) encendió hace un año "una llama eterna" por las 2.792 víctimas del World Trade Center. Pero también es quien ayer presidió unos actos que no sólo recuerdan el brutal atentado contra las Torres, sino que ponen de manifiesto la recuperación de la Gran Manzana.

Nada es fácil, y más cuando en el tejido social de Nueva York se produjeron inmensos daños, pero este multimillonario que durante años fue destacado seguidor del Partido Demócrata y triunfó como candidato republicano, ha conseguido normalizar la vida en la gran ciudad, pese a que en muchos persista el temor a nuevos atentados. La celebración del Foro Económico Mundial, la Semana de la Flota y la celebración del Día de la Independencia sin ningún contratiempo son algunos de los logros de quien es considerado como el político más rico de Estados Unidos, ya que su fortuna asciende a 4.800 millones de dólares.

Pese a ello, como ha aumentado impuestos y recortado servicios --llegó a una alcaldía que tenía un déficit presupuestario de 40.000 millones de dólares--, Bloomberg resulta impopular para más de la mitad de los neoyorquinos. Pero ya se verá si al final se le agradece su nuevo y riguroso estilo de gestión.