TEtspaña tiene miedo. Y no es hora para que salgan los valientes de siempre diciendo que somos los más dotados de vísceras, los más aguerridos, los herederos de Lepanto y Cavite, el Cid o Pizarro. No es hora. España tiene miedo y lo conoce y siente en carne propia desgarrada. Estamos metidos hasta el tuétano en la guerra santa y los mártires del terror han empezado a convertir nuestras calles en otro Tel-Aviv o Bagdad.

España tiene miedo y no es hora de andar pidiendo únicamente responsabilidades a quienes nos han metido en este huracán de dolor gracias a su traducción chapucera y zarzuelesca del valor español, las banderas a viento y los testículos de la cabra de la legión. Es la hora de la eficacia, de demostrar que somos, ante todo, un Estado moderno, dotado con los medios precisos para combatir la delincuencia y el terrorismo, administrado por personas de responsabilidad (gobiernen o no gobiernen) y con profesionales altamente cualificados. Sobran Robertos Alcázares y Pedrines, sobran héroes de intifadas y sobran discusiones absurdas sobre qué bomba duele más o mata más.

España tiene medo y los españoles pagamos impuestos. En base a esos impuestos que tienen, entre otras, la misión de dotar suficientemente a los servicios públicos, los españoles debemos exigir que se pongan los medios para que el miedo desaparezca y la seguridad de todos esté garantizada. No es hora de ponerse a cuantificar el montante de gasto público o déficit que puede suponer nuestra seguridad (no se hizo cuando se enviaron las tropas a Irak o Perejil). España tiene miedo y todos debemos poner los medios para que ese miedo desaparezca cuanto antes.

*Dramaturgo