La España de Zapatero se está moviendo con cautela a la hora de abordar el eterno problema saharaui desde la perspectiva de una relación amistosa con Marruecos, maltrecha durante el mandato de Aznar. El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos Cuyaube (Madrid, 8-6-1951), acerca posiciones con su colega marroquí, Benaisa, al tiempo que envía al Sáhara a su secretario de Estado Bernardino León para que se entreviste con el Polisario. ¿Será capaz el actual Gobierno español de apoyar las tesis de Mohamed VI sin traicionar el espíritu solidario que el PSOE ha mostrado siempre al pueblo saharaui? Es una garantía que Moratinos, quizá el español que mejor conoce el mundo árabe, esté al frente de la diplomacia española. Durante siete años (1996-2003) fue el embajador volante de la UE en Oriente Próximo, cargo en que destacó por su autoridad moral, pese a que Israel le consideraba sobre todo propalestino. Hubo años en que recorrió un millón de kilómetros para aportar su esfuerzo en favor de la solución del conflicto. "Mi misión --declaró-- consiste en coger el bastón del peregrino e ir de un lado a otro tratando de prodigar la paz y el diálogo". Ahora habrá de peregrinar a Rabat y Tinduf para conseguir la cuadratura del círculo del Sáhara.

ANGEL SANCHEZ