Publio Hurtado fue uno de los protagonistas de la vida pública cacereña de finales del XIX y principios del XX. Un siglo después es su biznieto, Miguel Hurtado Urrutia (Madrid, 1945), quien toma el relevo. Este arquitecto, que es "un apasionado de la historia de Cáceres, quizás por herencia de mi bisabuelo" y que fue presidente de la delegación en Cáceres de su colegio profesional, es concejal en el ayuntamiento cacereño desde las elecciones del pasado mayo. Su entrada al consistorio se produce en una legislatura que se caracterizará por el debate y aprobación de la revisión del plan general de urbanismo, la normativa que más incide en el desarrollo de la ciudad. Este fue uno de los motivos por los que la candidata socialista a la alcaldía, Carmen Heras, quiso contar con la experiencia de Miguel Hurtado para integrarlo a su equipo.

Hurtado ha permanecido en un segundo plano desde su entrada al ayuntamiento, posición que perderá dentro de unas semanas, cuando esté en estudio por los partidos la aprobación inicial de la revisión del plan general de urbanismo, momento en el que se tendrá que convertir en uno de los protagonistas de la política local, como lo fue en el pleno del pasado jueves, cuando advirtió, por su condición de arquitecto y conocedor de la historia cacereña, de que los restos que quedasen del teatro Principal, un recinto del siglo XIX, podrían perderse.