Soy un tipo diferente". Esta es su declaración de intenciones y no hace falta que la jure porque pregona con ella. Miguel Dani Lospitao Muñoz (Don Benito, 1972) ha completado su primer año como presidente del club de sus amores, el Don Benito, y aunque hasta el último minuto tuvo opciones para cumplir su promesa de ascender en su primera temporada al equipo a Segunda División B, su sueño se desvaneció en una fatídica tarde de verano en Tomelloso.

Aterrizó en la nave rojiblanca con una reconocida reputación en el mundo del fútbol, ya que es intermediario internacional de jugadores. Una fama que se inició cuando un buen día decidió hacer las Américas, y para ir adquiriendo popularidad convocó a los medios de comunicación de Méjico para poner a caer de un burro al ídolo nacional, Hugo Sánchez.

Se jacta de tener amigos entre la jet-set del fútbol como Butragueño, Paolo Futre, Benito Floro, José María Ruiz Mateos, Miguel Angel Gil..., muchos de los cuales no han dudado en alabar su valentía, arrojo y capacidad de trabajo. No obstante, en su pueblo, se ha impuesto más su faceta vanidosa, arrogante y altiva, que él achaca "a la pura envidia". Este carácter ha llevado a un grupo de miembros de su junta directiva a presentarle una moción de censura. Ahora es el socio el que deberá aprobar o castigar a Lospitao.