TItba yo a pedirle a la ministra extremeña algún carguete, enchufe, beneficio, prerrogativa, donación o cosa y en esto que sale con su pelo liso, su cartesianismo profesoral y su afirmado acento extremeño: --Que no hay nada de nada. Y me dejó compuesto y sin momio.

La afición a las quinielas y las apuestas juega con la posibilidad de que entre los ministrables del nuevo Gobierno haya un extremeño.

No se sabe muy bien si hay algo de cierto en el rumor o si es una estrategia de adyacentes jefes de servicios siempre dispuestos a hacer méritos; pero barruntos hay a juzgar por el revuelo que existe en ciertas consejerías donde se han puesto a engrasar navajas, codos y zancadillas, síntomas seguros de que algo se mueve.

La cosa va porque al gobierno acceda, más que lumbreras científicas, gente con sentido común, gestores transparentes y capaces, y no seré yo quien niegue las facultades y el talento necesario a alguno de nuestros políticos autonómicos actuales.

Nos vendría bien para aprovechar algún excedente presupuestario y para saldar la secular falta de cariño con que esta tierra ha sido tratada desde el foro madrileño. Luego, ya más despacio, podríamos retomar la cosa del carguete.

*Filólogo