Mírame a los ojos que tras esta máscara no puedo sonreírte si no es con la mirada. Mírame a los ojos que quiero que sigas descubriendo en ellos la curiosidad por saber que ayer te despertaba. Perdona la distancia que me impide ahora acompañarte mientras escribes tus primeras letras y palabras, acompasar el paso de las páginas o la que me impide abrazarte cuando antes a mi regazo corrías cuando llorabas.

Mírame a los ojos que quiero en los tuyos saber qué te pasa, si tras ellos se oculta alegría o tristeza en el alma, si vuelves a necesitar esa ayuda que ahora te presto limitada, si te enojas por no poder a tu lado acompañar la mañana. Perdona no dejar a tu lado compañeros de juegos, de corros, de comba o de andanzas, perdona por no poder ver tu cara.

Mírame a los ojos cuando entres en mi aula que sólo tú puedes mantenerme la mirada y sólo a ti quiero regalar esa sonrisa ahora borrada.

Miradme a los ojos aquellos que a los niños dejaréis en guarda, no para que forme o enseñe sino porque sus padres trabajan, mírame a los ojos cuando después de acompañarlo detrás de una pantalla y atenderlo tarde y noche me los dejes por la mañana.

Pero sobre todo mírame tú que no me has reconocido tras esta máscara, que nunca supiste el valor de mi mirada, que hoy me enfrentas sin casco ni coraza a una guerra que no es nuestra y a la que voy obligada. Mírame a los ojos y mantenme la mirada mientras nos expones al peligro por no ver mermadas tus arcas, por querer esconder tras una cortina el valor que hoy mi verdadera profesión oculto tras esta máscara.

Mírame a los ojos cuando para mí dictes normas imposibles de cumplir, cuidados y atenciones que no puedo dar, salud que no puedo garantizar, protección que no puedo tener. Mírame a los ojos y dime a la cara que hoy esta máscara oculta si te valió la pena poner en riesgo todas esas miradas que hoy alegremente mandas a las aulas.

Mírame a los ojos y descubrirás en mi vista cargada que no es pereza ni falta de trabajo lo que escondo tras mi máscara, es la experiencia de muchos años a pie de aula y la sabiduría aprendida en mil batallas.

Mírame a los ojos y dime si merece la pena abrir las aulas.

*Maestro.