XUxna de las claves de los Presupuestos del Estado del 2005 es la subida de las pensiones mínimas. En la provincia de Badajoz hay más de 56.000 pensionistas que reciben pensiones mínimas; en la de Cáceres quienes perciben estas pagas superan los 39.000. En ambos casos, las de mínimos son la mayoría de las pensiones, puesto que los pacenses que se encuentran en esta situación son el 50% y los cacereños superan el 47%. Quedémonos con una idea, casi la mitad de los pensionistas extremeños de jubilación, incapacidad, viudedad y orfandad reciben pensiones mínimas. Con un peso parecido al nuestro están los pensionistas de mínimos en Albacete, Avila, Ciudad Real, Cuenca, Jaén, Orense, Salamanca, Toledo y Zamora. En todas estas provincias el porcentaje de los pensionistas de mínimos supera el 40%. Aunque duele reconocerlo en una parte importante de la España pobre se perciben pensiones bajas, muy bajas. El bajo nivel de desarrollo acarrea unas secuencias de acontecimientos, entre las que se encuentra, al final de la vida, unas pensiones claramente modestas e insuficientes. Quizás sea esta una de las lacras del atraso. De cuya responsabilidad nadie quiere saber.

Las pensiones tienen igual legislación en toda España, es decir, en toda ella se paga lo mismo aunque el peso de los distintos tipos es un poco diferente. Los pensionistas de mínimos en la España desarrollada son porcentualmente menos numerosos.

De este hecho solo nos hemos de congratular. El peso de estos pensionistas está por debajo del 20% en Alava, Barcelona, Guipúzcoa, Madrid, Asturias, Cantabria y Vizcaya.

Pues bien, en el año 2005 el Gobierno ha propuesto al Parlamento que aumenten las pensiones mínimas entre el 5 y el 6,5%. Quienes no se encuentran en esta situación, quienes no son pensionistas de mínimos, tendrán un aumento menor, que será tan solo del 3%. Todo ello, sin tener en cuenta la desviación de inflación que se vaya a producir en noviembre.

Favorecer a los pensionistas, en cualquier lugar de España, es una decisión correcta, merecedora de apoyo y alabanza, con la que se pone de relieve la importancia que los gobiernos le dan a la igualdad social.

Favorecer más a quienes se encuentran entre los pensionistas de mínimos, es el exponente claro de un doble compromiso que se establece con aquellos compatriotas que, por mor de la rueda de la historia, han venido padeciendo una peor situación. Y como muchos de ellos viven en las provincias menos desarrolladas del país, al subirles las pensiones, en mayor cuantía que al resto de los pensionistas, se está elevando el nivel de renta de un número significativo de ciudadanos de las mismas.

Eso es lo que va a ocurrir en el año 2005 y lo que igualmente sucederá en 2006 y en 2007. Ante un hecho tan serio, con el que se favorece a más de dos millones doscientos mil ciudadanos en España y a casi cien mil en Extremadura, viene a mi memoria aquel dicho, de que el bien no hace ruido y que el ruido no hace bien. Por ello quisiera que, sin alharacas, se supiera lo que ha hecho en el primer año de su mandato el Gobierno del Partido Socialista Obrero Español: favorecer a los más débiles. Que sabiéndolo se tomara conciencia de que esta decisión, quizás la más identificativa de las que se incorporan a los presupuestos del año 2005, demuestran que estamos en el lugar de siempre, con las mismas ideas y con la misma gente.

*Secretario adjunto del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso y diputado por Badajoz