TDticen que un ciudadano ha pagado 3.460 euros por un pelo, sólo un pelo, de John Lennon. Se habla de otros ciudadanos que pagan fortunas por tener en su cama a señoras que se han hecho populares en televisión. También hay quien visita con ilusión la casa en que vivió Sherlock Holmes, y en estos días la gente pierde la chaveta en los mítines por tocar a su líder político.

Yo no entiendo muy bien este mito de los mitos. Hasta cierto punto es lógico querer tener lo que nadie tiene, y se entiende que ser el único o casi el único te hace sentir más importante de lo que eres... Pero un pelo es un pelo, tanto si es de Lennon como de la famosa señora que a ratos libres practica el oficio más antiguo. ¿O no? ¡Qué cosa más extraña la humanidad!

*Escritor