Nuevamente el presidente del Gobierno ha fijado un plazo, en este caso un año, para que se alcancen momentos trascendentes en el difícil proceso hacia el fin del terrorismo etarra. Siempre es arriesgado poner fechas a un proceso de paz pero en este caso, con tantas fuerzas tirando cada una hacia su propio beneficio, las palabras de Zapatero corren el riesgo de convertirse en un salto mortal sin red.

Es verdad que el deseo de la gran mayoría de españoles debe alimentarse de esperanzas y fijar fechas es acercarlo a lo posible, al alcance de la mano, pero ni ETA, ni Batasuna, ni el PP, ni el Foro de Ermua, ni la Asociación de Víctimas del Terrorismo que dirige Alcaraz se lo van a poner fácil.

Cree el jefe del Ejecutivo, ya se sabe que él mismo se declara optimista por naturaleza, que llegado ese momento el PP se sumará al proceso de paz. Debe ser el sueño de su optimismo el que le hace deducir que, de las palabras de Rajoy, se puede alimentar alguna esperanza de apoyo. Pero no es solo Rajoy. Dentro de su propio partido hay bastante gente que no confía en las intenciones de los etarras y ve con recelo el proceso. No hay más que recordar las declaraciones de los hijos del socialista Múgica, asesinado por Txapote. Bien es verdad que las hicieron tras asistir al repugnante espectáculo que el asesino de su padre volvió a protagonizar en la Audiencia Nacional, pero dijeron muy claro que no quieren negociaciones con ETA, ni olvido ni perdón.

Porque esos hechos, la chulería de los asesinos en la sala del juicio, insultando a familiares y magistrados, sin ser fundamentales en el proceso, están hiriendo la sensibilidad de los ciudadanos de bien que se preguntan si existe alguna posibilidad de reinsertar a individuos como estos. Precisamente Zapatero reconoció el asco que estos gestos le producen. Otro dato que no ayuda. Como conclusión parece claro que o el Presidente del Gobierno y unas pocas personas de su entorno (entre ellas las elegidas para ser los interlocutores de los demócratas y de los que no vamos a saber nada) tienen datos concluyentes de la pésima situación de la organización terrorista, lo que le permite marcar un fecha para los momentos trascendentes , o se está haciendo una apuesta arriesgada.

*Periodista