THtay quien todavía es capaz de anteponer el beneficio económico a la humanidad y quien hasta hace poco alababa la estabilidad económica de Chile frente a todos sus vecinos. No les importó la sangre de Allende , ni la silenciada voz de Víctor Jara , ni los caídos en aquel Mauthausen andino que fue el estadio nacional de Santiago tras el once de septiembre del 73. Amparados en el patriotismo justificaron todo hasta que se descubrió que el tirano, el golpista, el traidor, el torturador y el abyecto criminal había osado llevarse las riquezas del país hacia cuentas en el extranjero.

Igual que otros, que perdonaron crímenes de Estado pero fueron inflexibles con el uso de fondos reservados, los conservadores chilenos comienzan a exhibir eso que llaman doble moral. Pinochet , que burló la acción de la justicia internacional y se jactó de ello, ha acabado por ser uno de esos ejemplos que se llenan la boca de patria mientras la esquilman. Poco a poco se derrumba la moral de los patriotas: ¡Lástima que el dinero sea más convincente que la sangre!

*Profesor y activistade los Derechos Humanos