Cuando se utiliza la sabiduría popular para decir que alguien muere con las botas puestas, se refiere a que ha muerto sin dejar de cumplir hasta última hora con su actividad o con su entereza personal, por consiguiente este dicho popular alcanza su máximo exponente cuando una persona muere en su trabajo o haciendo una actividad que de forma habitual venía desarrollando.

Recientemente se han producido una serie de muertes a las que se les puede aplicar este dicho popular. El jugador de fútbol del Sevilla Antonio Puerta en pleno trabajo, pues se trataba de un jugador profesional, caía fulminado en el terreno de juego, se recupera momentáneamente y recae posteriormente en el vestuario y le termina costando la vida. Por otro lado un trabajador extremeño de 20 años de edad, moría en el acto al precipitarse desde una altura de unos doce metros, cuando se encontraba en plena faena, en días posteriores dos soldados profesionales mueren en Afganistán víctimas de un atentado terrorista perpetrado por los talibanes.

Todos han perdido la vida cuando estaban desarrollando su trabajo y desgraciadamente todos murieron con las botas puestas . Pero hay algo que los diferencia; mientras el jugador de fútbol Antonio Puerta recibe un importante reconocimiento, homenajes y muestras de condolencia incluso sirve para reconciliar a dos aficiones como son las del Sevilla y el Betis; mientras que los militares profesionales Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera , reciben medallas y distinciones y la presencia de los sus Majestades los Reyes de España, así como la representación del Gobierno en los actos fúnebres; el albañil Luis Izaguirre Rubio sólo contó con la presencia de sus familiares y amigos y algún compañero. Por lo que a pesar de morir con los pies dentro de sus botas (esperemos que fuesen de seguridad y homologadas), no pudo contar ni con la presencia en el lugar de los hechos de una representante sindical de UGT, al cual se le negó la entrada, suponemos para que no visualizara el incumplimiento de las normas de seguridad. Este trabajador no era un futbolista famoso, no era un profesional del Ejército español que estaba en misión de paz, era un simple trabajador anónimo que cada mañana salía de casa para ganarse el pan y como él hay muchos, por lo que salvo que la trágica noticia quedó recogida en los medios de comunicación, nada más se va a hablar de él ya que el tiempo servirá y hará su papel para el olvido y aunque la obra en la que trabajaba en Cerro Gordo son impulsadas por un Plan de Interés Regional, promovido por la Junta dentro del plan 60.000 y aunque fuese extremeño igual que Germán Pérez de Burgos, pues este albañil no murió representando a nuestra patria, este obrero de la construcción no participaba en una misión humanitaria, por eso el presidente de la Junta no se acordó de él en la inauguración de la Feria de Zafra, aunque su muerte pueda deberse al incumplimiento de la prevención de riesgos laborales, lo que podríamos calificar de terrorismo empresarial . Por lo que al dicho de morir con las botas puestas, habrá que añadir: pero no todas las botas son iguales .

*MCA-UGT Extremadura

Secretario general