TPtarece que estamos en tiempo de Ramadán, asunto del que los policías destinados en el puerto de Almería no han sido informados, y no se les ocurrió otra cosa que ofrecerles comida a un grupo de musulmanes marroquíes, recluidos por intentar entrar ilegalmente en España. Naturalmente, ante tamaña grosería --ofrecer comida, cuando todavía no ha llegado la noche-- provocó la ira de los detenidos, que destrozaron parte de las instalaciones, arrojaron la comida que les proporcionaban y obligaron a que se trasladaran al lugar varias patrullas de la policía.

Hay que reconocer que tenemos una policía que no tiene delicadeza con los asaltantes de las fronteras, y ya verás como, cualquier día, la policía marroquí sirve carne en viernes santo a unos católicos detenidos, aunque hay que reconocer que los católicos no romperán las instalaciones, y si las rompen los policías les darán dos hostias y, no por católicos, sino por gilipollas.

Veinticuatro horas después me entero de que en Alcoi y otros municipios valencianos se han suprimido algunos símbolos de las tradicionales fiestas de moros y cristianos para no herir la sensibilidad musulmana. Teniendo en cuenta que, más que sensibilidad, se trata de hipersensibilidad, habría que cambiar el nombre de fiestas de moros y cristianos y denominarlas, por ejemplo fiestas de vikingos y cristianos . En realidad, los musulmanes vinieron a la península y a Baleares cortésmente invitados, y, luego, con una áspera ordinariez, los rudos cristianos los echaron en medio de una indelicadeza que debería avergonzarnos.

En fin, de comedimiento en comedimiento, de remilgo en remilgo, vayamos camino de la cursilería, escondamos las estatuas de Santiago, y aprendámonos el calendario de culto mahometano para no caer en la inconveniencia que hiere la sensibilidad de los moros (ilegales) en la costa.

*Periodista