Autor teatral

Secuencia 1: Noche limpia y estrellas de adorno para ventilar un verano de asfixia. El espacio es extremeño, por lo que no se necesitará apenas nada para la desolación de la escena. Vistas de un campo, que tiene el campo, y vamos al tren, donde dos mujeres de luto traquetean con la identidad desgraciada de Extremadura.

Hermana Izquierdo 1: Se lo contamos al presidente y seguro que nos entenderá... (Abanicándose)... ¡Qué calor!

Hermana Izquierdo 2: ¡Más achicharrada se quedó madre!

Hermana Izquierdo 1: ¡Como una tea!... ¡Pero los niños han hecho bien... ¡Fuego que purifica!

Hermana Izquierdo 1: ¡Despreciar, la sangre virgen de nuestra hermana!

Hermana Izquierdo 2: ¡Por ella ha corrido la de ahora! (Cierra la secuencia, un negro sobre negro, que a buen seguro será Extremadura).

Sobre gustos no hay nada escrito, y si no ahí tienen a Saura, ensoñando esquinas repletitas de sangre y venganza. ¡Jamás saldremos de lo que nunca quisimos ser, pero presiento que acabaremos empañados de toda esa historia negra y sin alivio que siempre nos acompañó. Evidentemente, todo el mundo es muy libre de inspirarse en lo que quiera para parir fotogramas. Saura, en este caso, querrá denunciar, uno presupone, la profundidad de unos hermanos profundos, pero extremeños, con lo cual son más profundos todavía.

Que conste que me quité los complejos hace tiempo, pero me jode en el alma la insensatez de tanta ignorancia. Al final saldremos como saldremos, y el cansancio de tanto pelo de dehesa puede minar, o no, nuestra autoestima. No seré yo quien le diga a un creador lo que tiene que crear; pero será el menda quien diga que siempre nos la dan en el mismo lado. Extremadura es una pasión, la de sus hombres y mujeres, que se apasionan por bien o por mal. Pero no es tierra negra, ni gris. Es tierra soleada y con un estrebejí que va palmo a palmo enriqueciendo su existencia. Si fuimos Hurdes de Buñuel , es porque alguien, algunos, decidió que el bocio se enquistara en nuestra garganta. Si hoy somos de unas mentes enfermas, pero no de aquí, sino de cualquier tierra donde existan mentes enfermas, acabaremos cargando con esa convivencia, oscura y profunda, que siempre nos acompañó. Y los puertohurracareños llevarán en su identidad una losa trágica y cutre que no se merecen. Saura recreará --con todo el derecho-- sólo un asunto desgraciado que no nos pertenece. Somos sol y paisajes; somos verde y amarillo. Por lo menos, que cuente con actores extremeños.