XYx cierta gente, que parece estar a la espera, como los buitres, a ver cuántos moteros caen. Menos mal que este año han tenido el atractivo añadido de Pedrosa , que les ha hecho hasta seguir las carreras en la tele. Algo es algo. De pronto, más de media España te habla de neumáticos, suspensiones, chasis y trazadas como auténticos entendidos en la materia. Si con eso conseguimos un poco de respeto los que gustamos de movernos sobre dos ruedas con motor, miel sobre hojuelas. Aunque no parece que la cosa vaya por ahí. No hay más que ver el reportaje de TVE del lunes 27 de marzo. Después de dar cuenta del gran éxito de la retransmisión y de deleitarnos con las maravillosas trazadas de Dani, sólo segundo, pero mucho más importante que las dos carreras anteriores, ganadas por otros dos chavales que, en el colmo de la desfachatez, terminaron en primer lugar, lo único que recoge de la gran movida motera de Jerez y sus alrededores (ciento y muchos miles juntos, más otros tantos que van en coche) es la cifra de muertos, diez. Y especifica: tantos durante el viaje y otros cuantos en desplazamientos nocturnos, o sea, con el pedo puesto. Pocos me parecen para semejante cantidad de vehículos en movimiento y en parecido ambiente festivo. Comparen, si no, con cualquier fin de semana largo. ¿Que es un precio muy alto? Claro. Con que hubiera sido sólo uno, en moto o en coche, ya lo sería. Pero la noticia podía haber sido la contraria: sólo diez muertos de entre doscientas mil motos en movimiento. Más los coches, insisto.

Las imágenes de la noticia nos muestran moteros adelantando con raya continua, invadiendo el carril opuesto a toda velocidad para pasar a diez coches de un golpe... ¿No les parecen pocos muertos con tamañas atrocidades? ¿O va a ser que los moteros conducen cada día mejor, a pesar de lo que les hacen algunos, demasiados, autistas (en todos los sentidos, que van a su bola y pasan de todo) y a pesar de las nada honrosas excepciones que el helicóptero policial ha filmado? Porque a algún que otro enlatado sólo le falta abrir la puerta cuando les pasa una moto, a ver si se estampa...

Las entrevistas no tienen desperdicio. O, mejor dicho, sí: lo primero que recogen las cámaras es una cuneta, junto a la acampada del circuito, llena de botellas de plástico, botes de refrescos y otras lindezas, vacíos. Vamos, que donde hay moteros no hay más que porquería. La conversación, por supuesto, con dos jóvenes, en la puerta de esa acampada, que tiene menos agua que el Guadiloba y unos servicios que no limpia nadie, y eso que es de pago. Claro que tampoco es un camping, por mucho letrero que le pongan delante. Lo curioso del caso es que en toda la provincia de Cádiz no había ni apartamentos ni un solo hotel libre para este fin de semana. Ni en Jerez, ni en el Puerto de Santa María, ni en Cádiz, ni en Sanlúcar de Barrameda... Y eso que, muy listos los hoteleros, se han inventado la regla del tres por dos, o sea, que aunque vayas a pasar dos noches, que es lo habitual, tienes que pagar tres. Y no precisamente los hoteles de dos o tres estrellas. También los de cinco se han sumado a la antigua costumbre de Sierra Morena o los Siete Niños de Ecija. En un arranque de la amabilidad, uno de sus jefes de reservas me explicó: "es que aquí cobramos por temporada" .O sea, además de chorizo, imbécil.

¿Por qué no se han ido los de la tele a hacer entrevistas a esos hoteles, llenos hasta los topes? De allí suele salir la gente más arregladita, peinada, perfumada y hasta limpia en algunos casos. Ellos también van en moto... Pero claro, para eso, los reporteros tendrían que haber salido del circuito, hacer tres o cuatro horas de desplazamiento metro a metro (los moteros, una, que nos meten por los arcenes), destrozando embragues, tragándose el polvo de un parking- cochiquera y mirando a una autovía que lleva sin terminarse todos los años que el partido socialista lleva sin hablarse con el andalucista o el popular. Además, esa imagen de los moteros no vende. Es mucho mejor asociarlos a suciedad, grasa, sudor, espanto al agua, miseria económica y personal...

Con lo fácil que es pararse en un bar de carretera y echar una ojeada: la mayoría tiene la treintena más que asumida, con todos sus traumas. ¿Quién, si no, puede pagar una moto gorda y los arreos consiguientes? ¿No dicen que a mayor edad, mayor responsabilidad? Pues eso, vamos a dejarnos de cuentos.

*Profesor