En relación con la carta aparecida en ese diario el 27 de mayo de 2019, de la que es autor Domingo Espino El regalo de vivir. Muerte evitable, me gustaría hacer algunas consideraciones.

En primer lugar, ante la duda que suscita sobre vivir bien y disfrutar con la aceptación y seguimiento de los cuidados, para evitar los factores de riesgo de aquella enfermedades que presentan mayor morbilidad y mortalidad en el mundo occidental, como son la hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedades cardíacas o enfermedades tumorales, entre otras, conviene afirmar que las principales organizaciones y servicios médicos de los países más cultos desde el punto de vista sanitario del mundo occidental incluyendo el nuestro, son partidarios, debido a sus ventajas y fines conseguidos, de que los ciudadanos sigamos con la mayor rigidez y cumplimiento posible esas normas.

Mediante la aplicación de dichas normas lograremos, no solamente una mayor longevidad, sino además, y en contra de la opinión del autor, una mejor calidad de vida, consiguiendo no solo dar más años a la vida sino más vida a los años.

En segundo lugar, el autor, si tenía alguna duda, puede disiparla completamente no solamente por lo que le indico, sino por los estudios y referencias que existen a nivel mundial y que confirman de que lo que le acabo de afirmar es cierto.

En tercer lugar, los problemas derivados del cumplimiento de esas normas y que según el autor nos conducen en ocasiones a la sensación de vivir con miedo o angustiados, tengo que indicarle que tales situaciones, excepcionalmente producen la muerte y además, tienen un tratamiento que en la mayoría de las ocasiones es efectivo.

Como señala el autor de la carta, todos nos moriremos de una u otra enfermedad, pero lo que seguramente no es conveniente hacer es comprar más papeletas de las que ya tenemos para que esa muerte nos venga cuanto antes.

Todavía, no existen remedios o planes para evitar algunas de las enfermedades que, desgraciadamente, son frecuentes, como por ejemplo, ciertas enfermedades tumorales, entre otras. Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años en el conocimiento de estos procesos, principalmente en cuanto a su diagnóstico y tratamiento, aún no existe un remedio efectivo para todas.

Quizá los próximos años sean decisivos en este sentido.