En este día me gusta ensalzar a la mujer trabajadora por ser, precisamente, día 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora . Son dos motivos muy señalados en mi pensamiento: Uno, porque es el día en que uno de los seres más queridos por mí falleció hace años, mi queridísima madre, que en paz descanse. Una mujer ejemplar, modélica, trabajadora, caritativa con el prójimo y de mucho sufrimiento. El segundo motivo, no podía ser otro, porque ya va siendo hora de que se admire y aprecie el sacrificio de la mujer en su continuo quehacer cotidiano que poco se valora; hay muchas mujeres que después de su jornada laboral, al llegar a su hogar se convierte en ama de casa para seguir trabajando para el resto de la familia. También la auténtica ama de casa que su horario es infinito y sin derecho a una jubilación. A esa otra mujer que perdió su trabajo después de tantos años de sufrimiento cobrando menos de lo que en realidad le correspondía. Y, también, a las otras trabajadoras que han sido maltratadas por sus jefes, maridos o compañeros. Pero eso sí, quiero diferenciar a todas estas mujeres trabajadoras y sufridoras en esta sociedad con otras que, en este día tan señalado, se quieren colar para que se les reconozcan como mujeres trabajadoras: Son esas señoras que viven en la opulencia cobrando varios sueldos a la vez y haciendo como que trabajan en esta difícil sociedad. Así como esas otras que, sin el menor escrúpulo, se convierten en explotadoras de mujeres sin recursos y las obligan a prostituirse sin su voluntad o abusar de ellas dándoles un trabajo basura sin cumplir los mínimos derechos básicos.

Por eso quiero diferenciar especificando el sentimiento humanitario y el fondo del significado real de este día tan señalado para la mujer trabajadora.

Domingo Crespo de Toro **

Solana de los Barros