Se acercan las fiestas, el gobierno organiza un montaje propagandístico sobre la vacuna anticovid parecido al cuento de la lechera, por fin Trump se da por enterado de que ha perdido, los escaparates se llenan de una incierta Navidad, y en la intrahistoria docente, la programación avanza.

Con retraso, pues se dedicó el principio de curso a la sintaxis, llega el Mío Cid, y oportunamente coincide con el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En clase leemos el brutal episodio de la Afrenta de Corpes, donde los de Carrión golpean a las hijas del Cid por artera venganza. Un significativo episodio de los después numerosos casos de violencia contra la mujer de la literatura española y occidental, a la que, por supuesto, supera la realidad desde que el mundo es mundo. Y es vital señalarlo también o sobre todo en este año en que tantas cosas se han subordinado ante esta urgencia que arrasa con todo. Según los números atroces de la Macroencuesta de Violencia contra la mujer con los datos de 2019, 1 de cada 2 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista a lo largo de su vida, un 57,3%, lo que suponen 11.688.411 mujeres de 16 o más años. 1 de cada 5 (19,8%) en los últimos 12 meses. Eso en España, mientras en el mundo continúan en demasiados países las agresiones admitidas por las leyes y la situación de subordinación y sumisión absoluta e institucionalizada de la mujer al hombre.

Importa y mucho que no nos quedemos calladas hoy. Que expliquemos a los jóvenes lo que tantos jóvenes ignoran, pese al aparente exceso de información y los días internacionales. Que existe la mutilación genital, el maltrato oculto, la creencia incrustada en el ADN colectivo de que la mujer es la costilla de Adán. Hablemos de los infantes de Carrión y de Otelo y de doña Mencía y de todas esas mujeres represaliadas por ser consideradas propiedad del hombre. Que sepan que, en este caso o una vez más, la literatura representa solo un pálido ejemplo de la realidad. Y hagámoslo con convicción. Por necesidad y por justicia.