Hace un año tuve la oportunidad de entrevistar al escritor extremeño Alonso Guerrero . Sentía una curiosidad exclusivamente literaria, aunque --he de confesarlo-- cierto interés por conocer al 'catador real' almendralejense. Así somos los seres humanos. Eso sí, ni se me pasó por la cabeza hacerle una pregunta que tuviera más que ver con el papel couché que con el papel prensa. No hubiera sido ni elegante ni pertinente. El acababa de publicar El día sin comienzo , una novela corta en la que se diseccionaban las vidas de las víctimas del 11-M horas antes de que sucediera el desastre. Me habían prevenido sobre lo barroco del estilo del escritor. Aquella era una obra interesante, arriesgada y valiente. Ahora 'De la luna libros' ha publicado El mundo sumergido' , la historia de Pepe Nirvana en su búsqueda de lo absoluto. Debo reconocer que esta pieza breve me ha sorprendido muy gratamente y la he leído en dos tirones. Divertida y a la par con muchas citas de escritores.

Me parece muy injusto que a este escritor con mayúsculas se le conozca solo por razones extraliterarias y tenga que pagar un peaje vital por un hito en su biografía. A mí también me gustaría hacer lo que el protagonista: dejar esta vida que apenas me atrevo a vivir plenamente y convertirme en un hombre de acción y sin 'gadgets' tecnológicos rodeándome. No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que Pepe Nirvana tiene algo de trasunto del propio Alonso Guerrero . Por cierto que el texto tiene un final sorprendente y divertido, además de referencias a situaciones muy actuales. Es una pena que este escritor no pueda leerse sin ese estigma con el que la vida lo ha marcado. El mundo sumergido es un libro de preguntas y con alguna respuesta. Al fin y al cabo todos los que nos dedicamos a este noble oficio de escribir nos pasamos la vida buscándolas. Alonso Guerrero parece que ya ha abrazado lo absoluto. Y Pepe Nirvana también. Qué envidia. Refrán: Un escritor profesional es un amateur que nunca se dio por vencido. (Richard Bach).