Desde que la paella ha mutado a arroz con cosas, todo en mis oídos resuena como aquel sonámbulo "pero yo ya no soy yo ni mi casa es ya mi casa". Y entiéndanme, no es que una esté en contra de la evolución y el progreso, del darwinismo y de la adaptación al medio. Concluye que el final obligado de un proceso evolutivo es el cambio, la transformación, pero espera en su inocencia encontrar a las cosas un sentido, más allá de que ya Kafka , hace un siglo, mostrara que el hecho de que una persona mute en una noche tras un sueño intranquilo en un asqueroso escarabajo, es la quintaesencia del absurdo y del horror.

La zarzuela, en manos de Paco León ha mutado en frikismo, y a la intelectualidad le ofende que unos cuantos ancianos retrógrados, que tal vez por ser reos en su vejez de prótesis dentales y de caderas muy merecidas por cavernícolas, muestren su disconformidad en cada función con tal metamorfosis. A sus protestas se le atribuyen, claro, razones políticas y no artísticas ni económicas. Y aunque se trate de los abonados que con sus abonos sostienen el Teatro de la Zarzuela se tienen que callar y punto. Callar y tragar este asaltito a los cielos. Y además, pagar.

El populismo y el comunismo han mutado, por obra y gracia del verbo, de una corbata colocada al estilo "me importa un huevo como quede" y de un catálogo de Ikea, en socialdemocracia fetén, y Marx, Engels y el bueno de Lenin --a Stalin ni nombrarlo, ese napoleónico cerdo orwelliano-- en venerables inspiradores de Olof Palme y Willy Brandt , tal vez por una revisión rigurosa de la Etica de la razón pura , libro de Kant , preferido por el nuevo líder de la sonrisa y del corazón multicolor.

Y faltar a la palabra dada, no es mentira deshonrosa, poca vergüenza, síntoma de ser peor pícaro que el Buscón y más mezquino y ruin que el despreciable traidorzuelo de Casablanca, sino que, para esa exótica tribu de la CUP, es solo una mutación.

Hay mutaciones que predisponen a la muerte súbita, según un estudio del instituto de Oncología de la Universidad de Oviedo. Pero eso ya da para otro artículo.