WAw nte la barbaridad que aprobó el pasado miércoles el Consejo de Administración de Radiotelevisión Española (RTVE), nada menos que una posible censura previa o un control político de los espacios informativos, los propios responsables del desaguisado se apresuraron a rectificar ayer y anunciaron la convocatoria de un próximo consejo para anular el acuerdo adoptado.

Sin embargo, la propuesta es tan extravagante, tan sonrojante y tan reveladora de las intenciones que se ocultan tras la iniciativa que el caso no se debería resolver solo con una imprescindible marcha atrás, sino que habría que exigir responsabilidades políticas que se pagan con la dimisión.

Ayer todo eran excusas, lamentos, golpes de pecho y profesiones de fe inquebrantables en la libertad de expresión, desde Mariano Rajoy a Josep Antoni Duran Lleida o Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero resulta que los cuatro consejeros elegidos en representación del Partido Popular votaron a favor de la propuesta de una de ellos, Rosario López Miralles, que consistía en que los miembros del consejo podían tener acceso a las informaciones en las que trabajaran los periodistas de la casa mientras estas se elaboraban y antes de ser emitidas, con las consiguientes posibilidades de interferir y presionar políticamente, o al menos intentarlo.

Causa hilaridad oír ahora a los dirigentes del PP alegar que sus consejeros en RTVE son independientes y no reciben consignas, cuando todos votaron al unísono y no hicieron sino aprovechar el vacío de poder existente tras la salida de Alberto Oliart para colar una propuesta que ya habían intentado sacar adelante en la época en que su antecesor Luis Fernández estaba al frente de la corporación.

El consejero de CiU votó junto al PP y es responsable en primera línea de lo ocurrido, pero tampoco valen los argumentos del PSOE y de ERC restando importancia a la abstención, porque todo lo que no sea oponerse al intervencionismo se convierte en complacencia. Y si estos consejeros, en especial los del PP y del PSOE por su relevancia en el consejo, no representan a sus partidos, ¿a qué esperan para dimitir?

Afortunadamente, el despropósito será rectificado a no tardar mucho, pero tan grave como lo ocurrido es lo que anuncia que puede venir con un más que probable triunfo del PP en las elecciones generales. Porque después de denostar la etapa informativa más libre y plural que ha tenido RTVE en democracia, --un logro que hay que apuntar a Rodríguez Zapatero--, esperemos que el PP pueda ofrecer en materia de pluralidad e independencia informativa algo mejor que lo que se ve en las pantallas de Telemadrid o Canal 9.

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