Con estos calores --demasiado altos para junio--, TVE programa los domingos el concurso sobre animales Jimanji kanana, una nueva versión de aquel Waku-waku que duró una eternidad. Detrás del invento está Narciso Ibáñez Serrador (Montevideo, Uruguay, 4-7-1935), hijo prodigio de los actores Narciso Ibáñez Menta y Pepita Serrador, que en los 60 oxigenó la plúmbea tele franquista con productos inolvidables y mitificados como Historias para no dormir e Historias de la frivolidad.

Luego, en los años 70, el popular Chicho triunfó con el Un, dos, tres..., a base de calabazas, cicutas y minifaldas que causaron estrés en el censor de la época (con nombres y apellidos: Francisco Ortiz Muñoz). Supuso tanto para TVE la llegada de Ibáñez Serrador desde América (en donde sabían muchas más cosas que acá) que el aperturista Rosón le nombró jefe de programas en 1974. La minúscula y brevísima apertura del espíritu del 12 de febrero de Arias Navarro apenas le dio tiempo para destituir al citado censor y para que Rocío Jurado diese un fugaz pase de pecho al descubierto.

Han transcurrido los años y muchos tienen la sensación de que en España no se ha sabido explotar a fondo el talento de Chicho. "Sé cómo hacer un show de gran audiencia, pero me avergonzaría", le dijo al periodista Carles Geli cuando el marciano Sardá ya calentaba motores.